sábado, 26 de noviembre de 2011

El asma en la tercera edad

Como ya sabemos, el asma es una enfermedad crónica de las vías respiratorias, que se caracteriza por episodios de obstrucción generalizada y variable de las mismas, reversible de forma espontánea o con tratamiento, y que se caracteriza por la hiperreactividad bronquial frente a diferentes estímulos. Los factores que contribuyen a la etiología son heterogéneos, desde desregulación del sistema inmune, factores genéticos, factores neuro-humorales, factores infecciosos y factores ambientales, como el tabaco. La prevalencia del asma en los ancianos se sitúa entre el 6.5 y el 17 %. El conocimiento de las peculiaridades de la enfermedad en estos pacientes, hace necesario que médicos y pacientes desarrollen estrategias para combatir esta afección de manera eficaz. 
Los síntomas de la alergia en la tercera edad son similares a la alergia  en adultos jóvenes. Aunque la aparición de alergias es menos frecuente en personas mayores de 60 años, el asma se puede desarrollar en cualquier momento. De hecho, nos enfrentamos a dos grupos de pacientes:
  • Aquellos que padecen la enfermedad desde jóvenes.
  • Asmas de aparición tardía, muchas veces en relación con un episodio de infección respiratoria, ya que, el asma puede ocurrir a cualquier edad y, en algunos casos, el asma que se inicia en la vida adulta puede ser más persistente y resistente a los medicamentos.
En algunos adultos mayores, la bronquitis puede confundirse con el asma, en otros el asma parece un enfisema pulmonar. Más aún, una persona puede tener enfermedad cardiaca y pulmonar al mismo tiempo, situación que complica aun más el diagnóstico de asma.
Los síntomas pueden ser confusos pero los más frecuentes son:
  • Respiración con pitos en el pecho.
  • Tos prolongada, que puede ir acompañada de expulsión de moco.
  • Dificultad para respirar y sensación de ahogo.
  • Opresión en el pecho.
Las personas de la tercera edad pueden sufrir cambios psicológicos y neurológicos que afectan seriamente sus posibilidades de tratamiento. Los trastornos depresivos y otras afecciones mentales más graves, como la demencia, requieren una vigilancia especial de este grupo (tal como ocurre con los niños con asma). Incluso en ocasiones, este grupo de pacientes presenta fallos cognitivos, como pérdida de memoria en relación con su asma. Son imprescindibles, entonces, esfuerzos adicionales en la educación de los pacientes, que promuevan el cumplimiento y la adhesión al tratamiento de los asmáticos. 
El asma se puede combatir y los médicos cuentan con las herramientas para ayudar a nuestros mayores. No sólo a tratar la enfermedad clínicamente, sino también a escoger la mejor manera de manejar el asma diariamente.
Es muy importante recordar que, aunque usted se encuentre bien, bajo ningún concepto se debe abandonar la toma de inhaladores y otros fármacos por su cuenta, siempre debe ser bajo prescripción de su médico.

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