lunes, 24 de octubre de 2011

Otoño-invierno y alergias

Para nosotros, alérgicos, los síntomas: congestión nasal, picazón, lagrimeo, estornudos son muy conocidos, principalmente con el descenso y los cambios bruscos de la temperatura característicos en esta época del año. Con eso, es frecuente encontrar personas con una secreción nasal transparente que "parece una canilla abierta y los obliga a usar pañuelos en forma permanente".  Los síntomas de un resfriado son muy similares a la rinitis, por lo tanto cuando se presenta uno que dure más de una semana o que se repita, es necesario consultar un médico porque puede tratarse de una alergia o un cuadro recurrente por bajas defensas. Con un test cutáneo se sabrá exactamente cuáles son los alérgenos que le afectan y podrá evitarlos.
En los periodos más fríos los alérgenos más comunes , como los ácaros del polvo y hongos, generalmente provocan rinitis y en algunos casos asma, enfermedades que dejan a la persona muy susceptible de adquirir infecciones virales o bacterianas, las que abundan por esta temporada y agravan el cuadro.
Para no sufrir estos males, es muy importante realizar una serie de medidas prácticas, como por ejemplo: 
  • Ventilar bien el dormitorio, mantenerlo con la temperatura relativamente baja y el aire seco porque los ácaros se reproducen en ambientes con más de 24°C y humedad superior al 50%, debido a esto se encuentran sobre todo en las camas, sofás y alfombras.
  • La mala costumbre de no ventilar la casa durante esta época desemboca en un mayor contacto con las mascotas, lo que trae pésimas consecuencias para los alérgicos. La caspa y pelo de los gatos y la caspa de los perros, son alérgenos que pueden evitarse manteniéndolos bien cepillados, humedeciéndoles el pelo o alejándolos del trato cotidiano.
  • Contra los hongos, es fundamental revisar los baños, detrás de los muebles, las plantas y filtraciones en muros, suelo y techo.
Con estas prácticas medidas se pueden prevenir las rinitis, asma y sobre todo sus complicaciones que van desde faringitis y sinusitis hasta bronquitis y neumonías. Éstas ocurren porque la presencia de mucosidades, tanto nasales como pulmonares, son como un imán para los gérmenes e impiden defenderse adecuadamente de ellos.
Es muy importante resaltar que la automedicación, por ejemplo con las famosas "gotas nasales" o con antihistamínicos cuyo uso se ha popularizado, pueden conducir al enmascaramiento de cuadros de diversa índole, cuya importancia puede ser igual o aún mayor que la de las patologías alérgicas. Por lo tanto hay que acudir al médico para realizar un diagnóstico, para definir si se padece de alergia u otra enfermedad, y definir el tratamiento más adecuado.



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