jueves, 3 de noviembre de 2011

Estudios recientes



Un nuevo estudio sugiere que los niños que viven con perros y gatos son menos propensos a desarrollar alergias a dichos animales más adelante en la vida, pero sólo si el animal está bajo el mismo techo mientras el niño aún es un bebé.
Pese a que no es posible saberlo con seguridad, los investigadores sospechan que la exposición temprana a alérgenos de mascotas y bacterias relacionadas con éstas fortalece el sistema inmunológico, acostumbra el cuerpo a los alérgenos y ayuda al niño a desarrollar una inmunidad natural.
En comparación con los bebés que nacen en hogares libres de gatos, los que crecieron con éstos tenían aproximadamente la mitad de probabilidades de ser alérgicos a ellos en su adolescencia.

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