martes, 8 de noviembre de 2011

La alergia a la sandía deriva de la alergia al polen

En verano, la sandía es una de las frutas más consumidas. Su aporte nutricional, así como la hidratación que aporta al organismo, la convierten en la reina de los postres veraniego. Pero hay personas que han desarrollado una alergia a esta fruta, veamos por qué.
La alergia  a la sandía está cifrada en unas 180000 personas en España. La reacción alérgica pasa por picores leves en la boca tras la ingesta que pueden complicarse seriamente si se sigue consumiendo con asiduidad tan rico alimento. Según un equipo de alergólogos de la Fundación Jiménez Díaz, la malato deshidrogenasa (MDH), la triosa fosfato isomerasa (TPI), y la profilina son las tres proteínas que provocan esta alergia. Esta última está presente en el polen, por eso decidieron investigar sobre el historial médico de los pacientes que habían comentado síntomas alérgicos tras comer sandía. En todos los casos se constató que el paciente también padecía alergia al polen. Es más, el 20% de estos alérgicos desarrollará una alergia a algún alimento. Lo único “positivo” de esta alergia es que el prurito palatino o el escozor no dura mucho tiempo ya que esta fruta es fácilmente digerida por el tracto intestinal. De ahí que no se haya creado una vacuna o un antídoto para tal alergia. La única solución es evitar su ingesta y optar por otras frutas con gran cantidad de agua como el melón o el mango.

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